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EL DUELO POR SUICIDIO
El duelo es un proceso universal que toda persona experimenta cuando se enfrenta a la muerte de un ser querido. Se trata, por tanto, de una experiencia humana que surge como reacción al sentimiento de pérdida y que conduce a la necesidad de adaptarse a una nueva situación en la que esa persona ya no está.
El proceso de duelo por suicidio tiene unas características muy específicas que lo diferencian de otros tipos de duelo. Se trata de un duelo en el que la persona se pregunta con más frecuencia por el porqué de la muerte, experimenta un estado de shock más intenso y prolongado y sufre mayores niveles de culpa y vergüenza, lo que puede provocar un mayor aislamiento social.
"El duelo es un proceso, no un estado"
¿POR QUÉ?
Cuando una persona querida se suicida, encontrar un sentido a lo que ha pasado o entender los motivos que lo han conducido a quitarse la vida se convierte en la principal preocupación para la mayoría de las personas que sufren el duelo, incluso cuando la persona había expresado pensamientos de muerte.
SHOCK
La primera reacción después de la noticia de la muerte de un ser querido es de incredulidad y confusión. Se pierde la capacidad de reacción, lo que dificulta la conexión con la realidad. A este estado se le denomina "estado de shock".
En el duelo por suicidio, este estado puede prolongarse durante meses y alargarse incluso más de un año desde la perdida. La persona es consciente a nivel racional de lo que ha pasado, pero emocionalmente es incapaz de asimilarlo; se encuentra anestesiada emocionalmente.
CULPA
El suicidio, al ser una muerte causada por uno mismo, provoca en el entorno más próximo un fuerte sentimiento de culpabilidad. Esta culpa puede aparecer por diversas razones:
Culpa por que no hemos sido capaces de ver el sufrimiento del otro.
Culpa porque no hemos podido evitar este desenlace.
Culpa por sentirnos mejor cuando avanzamos en nuestro proceso de duelo.
Culpa por sentirnos liberados: este tipo de culpa aparece en situaciones de largo sufrimiento, por ejemplo, cuando se han producido repetidos intentos de suicidio, enfermedades mentales graves, enfrentamientos constantes...
VERGUENZA, ESTIGMA Y AISLAMIENTO
El sentimiento de vergüenza que se vive en el duelo por suicidio tiene que ver con la mirada del otro, una mirada que se encuentra sujeta al estigma social que rodea la muerte por suicidio. Los supervivientes nos sentimos en muchas ocasiones juzgados por los demás, nos sentimos señalados como las personas que no han podido evitar la muerte de nuestro ser querido.
El estigma social que rodea al suicidio es una de las características más diferenciadoras respeto a los otros duelos. A menudo sentimos que no podemos hablar con los demás de nuestro ser querido o de nuestro dolor. Nos sentimos juzgados y, a veces, avergonzados, hasta el punto de que, en muchas ocasiones, incluso optamos por mantener en secreto la verdadera causa de la muerte de nuestro ser querido.
Anne Grant
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